La importancia de la capacitación docente en la aplicación del Pacto Educativo Global
Una perspectiva desde la educación católica en Latinoamérica.
Tomás Agustín Pintos
Responsable de Formación | Sistema Creo
La educación es el basamento sobre el cual se edifica el futuro de las sociedades y de sus miembros. El Papa Francisco presentó el «Pacto Educativo Global», una propuesta reveladora que tiene como fin renovar y transformar el enfoque educativo en un mundo en constante transformación. En Latinoamérica, la capacitación de los docentes es crucial para llevar a cabo con éxito este acuerdo y crear una educación verdaderamente humana, integral y fraterna.
La esencia del Pacto Educativo Global estriba en la promoción de una educación que fomente valores humanos, éticos y espirituales, y que prepare a los estudiantes para enfrentar los desafíos de una sociedad cada vez más diversa y globalizada. La capacitación docente es un medio esencial para lograr este fin. En las aulas, los maestros son los agentes de cambio que guían, inspiran y modelan el aprendizaje de sus estudiantes. Sin embargo, es esencial que los educadores estén bien preparados para desempeñar este rol de manera efectiva en el contexto del Pacto Educativo Global.
La capacitación docente no se limita a la adquisición de habilidades pedagógicas y académicas, no es una mera acumulación de contenidos; implica una comprensión integral de la misión educativa en consonancia con los valores humanos y cristianos. Los maestros en las escuelas católicas de Latinoamérica deben ser formados no solo para transmitir información, sino también para ser mentores y guías espirituales que apoyan a los estudiantes en su desarrollo integral. Esto involucra la necesidad de programas de capacitación que incorporen la enseñanza del amor y la compasión, los valores fundamentales que Jesús enseñó.
Además, los docentes deben recibir capacitación continua y adaptable en el marco del Pacto Educativo Global. Los maestros deben estar preparados para aprender y adaptarse a las nuevas realidades culturales, tecnológicas y sociales. La capacitación continua les permite estar al tanto de las mejores prácticas pedagógicas, incorporar enfoques innovadores y mejorar sus propias competencias profesionales. De esta manera, pueden ayudar a los estudiantes a desarrollar habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la colaboración intercultural, que son útiles para el siglo XXI.
El fin último del Pacto Educativo es promover la solidaridad y la fraternidad entre naciones y culturas. En este contexto, la capacitación docente es fundamental para fomentar la interculturalidad y el respeto por la diversidad. Los maestros deben educar a sus estudiantes para que se sientan valorados y respetados independientemente de sus orígenes sociales, religiosos o culturales.
Por tanto, podemos decir que el Pacto Educativo Global propuesto por el Papa Francisco se basa en la capacitación docente. Los maestros en las instituciones educativas católicas de Latinoamérica tienen la tarea de ser transformadores y representar los valores del Evangelio en su trabajo docente. La formación magisterial no solo se trata de dar conocimientos, sino también de fomentar actitudes y virtudes que contribuyan a la formación integral de los estudiantes y a la construcción de un mundo más justo, solidario y fraterno. Es una inversión crucial para asegurar el éxito de este acuerdo y establecer un futuro prometedor para las próximas generaciones.