Ecosistema CREO: un Camino de Transformación inclusiva, humana y sostenible.
Juan Pablo Ramírez Velasco
Líder de Pastoral
Colegio de La Presentación Piedecuesta
El Pacto Educativo Global propuesto por el Papa Francisco es una invitación a repensar la educación como un camino hacia un humanismo solidario, una educación que reconstruye el tejido social y transforme las relaciones humanas desde la solidaridad, una educación que no solo toque mentes, sino también que mueva los corazones. En este contexto, el ecosistema CREO y la manera como se implementa en el Colegio de la Presentación Piedecuesta al integrar las Pedagogías y el legado de Marie Poussepin, se consolida como un modelo educativo que integra los compromisos del pacto y que permite soñar con una educación más humana, inclusiva y sostenible que se materializa en la vida cotidiana de las aulas: poner a la persona en el centro, abrirse a la acogida, escuchar a las nuevas generaciones, promover la educación de las niñas, potenciar la familia, educar en el cuidado de la casa común, desarrollar una economía al servicio de las personas y cultivar una política para la participación activa, nos ayudan en la construcción de una comunidad educativa que verdaderamente se transfigura desde el encuentro con el otro.
Una educación inclusiva que acoge a todos.
Inspirados en las pedagogías de Marie Poussepin, los docentes crean ambientes
educativos que respetan las diferencias culturales, sociales y personales, y que facilitan el diálogo intercultural y el aprendizaje participativo, los estudiantes son protagonistas de su aprendizaje, de esta manera, se busca que cada estudiante, independientemente de sus capacidades o contextos, encuentre un lugar en la comunidad educativa, y se fomenta la escucha, el acompañamiento y la integración. Así, los niños, niñas y jóvenes son acogidos como líderes de sus propios procesos, en los que se reconoce su valor y capacidad para contribuir al bien común.
Una educación humana que transforma vidas.
La dimensión humana de este proceso, que se implementa con la ayuda del ecosistema CREO, se manifiesta en su capacidad para conectar el conocimiento con el servicio a los demás. Las pedagogías implementadas no solo buscan transmitir contenidos académicos, sino también formar a los estudiantes como ciudadanos éticos y responsables. Inspirados por los valores cristianos y el legado de Marie Poussepin, los docentes invitan a los estudiantes a desarrollar proyectos que respondan a las necesidades de su entorno, dándoles sentido a sus aprendizajes. Este enfoque enriquece el proceso formativo e impulsa a los jóvenes a descubrir su liderazgo y a encontrar propósito en su educación, comprometiéndose con la construcción de un mundo mejor.
Una educación sostenible que cuida la casa común.
La sostenibilidad es uno de los grandes ejes del pontificado del Papa Francisco. Desde Laudato Si’ (2015) hasta Laudate Deum (2023), su mensaje ha insistido en el desafío de asumir una responsabilidad activa y solidaria con el medio ambiente y las generaciones futuras. En nuestra institución, el desarrollo pedagó
gico complementado con el ecosistema CREO responde de manera concreta a esta invitación del Papa. El cuidado de la casa común se convierte en un eje transversal, desde las clases curriculares hasta los proyectos interdisciplinarios. Iniciativas como el Programa Ambiental Escolar (PRAE) y la incorporación de contenidos que promueven la conciencia ecológica cultivan en los estudiantes una relación responsable con el entorno. Este compromiso trasciende el aula, al impulsar la creación de proyectos que abordan desafíos locales y globales, y formar jóvenes como agentes de cambio comprometidos con la preservación del planeta.
Un camino hacia la transformación educativa.
El ecosistema CREO no solo nos permite vivir los compromisos del Pacto Educativo Global en nuestra institución, sino que también se alinea con la visión del Papa Francisco de construir una «aldea educativa», un espacio donde se fomenten valores como el respeto, el diálogo, la acogida y la esperanza. Los docentes, como modelos de cambio, asumen la responsabilidad de acompañar a los estudiantes, escucharlos y ofrecerles las herramientas necesarias para liderar su propio aprendizaje. De esta manera, el proceso educativo no se limita a ser un concepto teórico de solidaridad, sino que se convierte en una experiencia diaria que transforma vidas, donde el ecosistema CREO actúa como una mano amiga que nos impulsa a soñar y a creer que nuestros niños y jóvenes, como actores y transformadores de su realidad, tienen el poder de contribuir a la construcción de un mundo más justo, inclusivo y sostenible.
Fuente: Revista «Sueño Azul» 2024.
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